Ernesto Rodríguez - erodriguez@larepublica.com.co
Es posible hacer volar el estrés en mil pedazos, y cada vez hay más opciones. Existe una actividad en la que el objetivo es acabar con la mayor cantidad de platos de arcilla, con una escopeta y muchos cartuchos. No se trata de una película ‘western’, ni tampoco un juego de parque de diversiones, es el Sporting Clays, deporte en el que se combina disciplina, constancia y sobre todo puntería. Es la mejor opción para quienes ya están cansados de conjurar el estrés acabando con extraterrestres en Halo o exmiembros de la S.S en Call Of Duty en la Xbox 360. Nació a finales del siglo XIX en Inglaterra, como ejercicio de práctica en épocas en que la caza no era permitida. Consiste en simular un recorrido de caza, donde las habilidades del tirador son puestas a prueba para destruir la mayor cantidad de clays (discos de arcilla) Muchos lo practican sencillamente como hobby, para disfrutar los ratos de ocio. Pero en la actualidad el deporte es muy sofisticado. Lo que comenzó como un entrenamiento, hoy se compone de varias reglas. Hacen que sea una experiencia intensa y un estilo de vida según cuenta Juan Andrés Palacios, joven universitario de 22 años, y practicante de este deporte desde los 10. Además de ser una forma de vida, también es una herencia familiar que se trasmite de generación en generación, como le pasó a él. Para practicar el deporte es necesario contar con el equipo apropiado. Consta, en primer lugar, de una escopeta; tal vez una Beretta, la marca más icónica y representantiva para este deporte, o una Perazzi, el Audi de las escopetas como las denomina Julián Camilo García, director técnico de la Federación Colombiana de Tiro y Caza. Estas cuestan entre $6 y $50 millones. Los cartuchos valen $1.200 la unidad y se gastan en promedio 200 en competencias y entrenamientos, es decir $250,000 aproximadamente. Es obligatorio utilizar gafas protectoras que pueden ser adquiridas desde $100.000, marca Totto, o desde US$350 marca Pilla; son especiales para este deporte por su sistema de cambio de lentes, el cual permite mejorar la visión cuando el sol es muy fuerte o cuando está oscuro. También los tapa oídos son importantes para evitar cualquier tipo de problemas auditivos. Algunos son hechos con tecnología de punta, como los Peltor o los Beretta, que permiten al tirador oír todo lo que ocurre en su entorno, pero cuando el disparo suena se activan, protegiendo el oído. Estos protectores pueden ser adquiridos por US$500. En Colombia, la práctica de este deporte no es muy común y cada día se vuelve más complicado practicarlo. La razón, según García, son las estrictas leyes que se promulgan permanentemente y que prohíben la obtención y el porte de armas. Sin embargo, cada vez son más los entusiastas. Para adquirirlas hay dos vías legales, la primera, que un arma se le ceda alguien; y la segunda es que se importe, proceso que tarda aproximadamente 6 meses. Ambos procesos deben tener el aval del Departamento de Control de Armas y Explosivos (Dcca), ente encargado de autorizar y dar los permisos para el porte legal de armas. Para Camilo Perdomo, director de la Asociación Colombiana de propietarios de Armas de Fuego (Acaf), “la ley es muy buena, pero habrá que regularla porque no es posible que la gente que practica este deporte no tenga la facilidad para realizarlo, por culpa de leyes que no deberían afectar a todos.” Cazandes, lugar perfecto para practicar El Club Cazadores de los Andes -Cazandes, ubicado en Guatavita, a tan solo 45 minutos de Bogotá, es un lugar perfecto para la práctica del sporting clays. Cuenta con más de 70 hectáreas de naturaleza, en donde se puede poner a prueba la puntería en un entorno controlado, y practicar todas las modalidades de escopeta como: La fosa y el skeet olímpicos, el compact sporting y el ya mencionado sporting clays. El club fue fundado en 1951, y desde su creación ha estado comprometido con el cuidado del medio ambiente y la conservación de las especies de interés cinegético, y por la expedición de una legislación de caza moderna y adecuada. La opinión Juan Andrés Palacios Practican de de sporting clays Club Cazandes “Además de ser todo un estilo de vida para quienes lo practican, este deporte se convierten en una herencia familiar que se pasa de generación en generación”.
Artículo tomado de: https://www.larepublica.co/ocio/sporting-clays-hobby-de-precision-2031655